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Foto del escritorJivan Vinod

¿SER BUENO O SER COMPLETO?

por Alejandra Ledesma


En el camino de conocernos, aprender a amarnos, respetarnos y valorarnos, una de las herramientas más poderosas es reconocer y mirar en profundidad todo lo que somos, tanto lo que nos gusta, como lo que no.

Nuestras partes de luz y nuestras partes de oscuridad.

Reconocer ambas partes y estar en comunión con ellas, nos permitirá llevar una vida más equilibrada y honesta.


Aunque suena sencillo, no lo es, pues a muchos de nosotros desde muy pequeños se nos enseña a esconder, a negar, desaparecer y/o reprimir todo aquello que no era bien visto por la familia, la escuela, la sociedad o cualquier otro lugar/persona.

Esa parte que reprimimos se vuelve “un lugar oscuro” que da miedo e incomoda, pero sobre todo no encaja en la imagen ideal que nos fuimos creando de nosotros mismos o de los demás.


El renombrado psicólogo suizo Carl Jung, nombraba a esta parte “la sombra”, un lugar en nosotros que permanece desconocido, sin examinar, y fuera de la luz de nuestra conciencia.

La noticia no tan agradable, es que, aunque neguemos estos aspectos, no desaparecen de nosotros; por el contrario, se vuelven más fuertes y peor aún, hacen de las suyas sin que nos demos cuenta (¿recuerdan a la sombra de Peter pan haciendo de las suyas hasta que se reconcilia con ella?).

Nos volvemos tan expertos en negar esa parte de nosotros que hasta pasa desapercibida cuando se presenta.

¿Cómo lidiamos con ello?, lo proyectamos en los demás. ¿Has oído la frase, “vemos la paja en el ojo ajeno y no vemos la viga en el propio”? Esto es porque como nos hemos esforzado tanto por reprimirla, ya no la alcanzamos a ver, aunque se encuentre frente a nosotros y sea del tamaño de una viga.

O la otra frase igualmente conocida, “lo que te choca, te checa”. Se vuelve una manera muy frontal de mostrarnos aquellas cosas que juzgamos en los demás y que no podemos aceptar de nosotros mismos o en muchas ocasiones, que admiramos de otros.


La buena noticia, es que nuestra sombra no es algo creado para hacernos la vida imposible (aunque si la negamos eternamente, es muy probable), sino que nos recuerda en dónde necesitamos enfocarnos para encontrar un nivel más profundo de transformación y sanación. En pocas palabras: ponerle luz para poder mirarla de frente porque al final, también eso somos.

La sombra nos pone a la vista nuestras emociones reprimidas, sentimientos escondidos, disfuncionalidades, negaciones, debilidades, adicciones y/o patrones.


Nuestra sombra también tiene todo aquello que para nuestro entorno (familia, escuela, amigos, etc.) se consideraba “negativo”, pero que no siempre lo es. Por ejemplo, el que en una familia no se permitía enojarse o mostrar su parte masculina a las niñas y llorar o mostrar su parte femenina a los niños. Al ser reprimida se cataloga como “algo malo” que debe llevarse a un lugar oscuro o al sótano de nuestro ser. Y que, además, cuando se apoya con el “ego”, nos mantiene fragmentados y separados de nuestro ser completo.

Y si estamos en la búsqueda de nuestro “Ser completo” es necesario reconocer todo lo que somos, aunque nos duela, aunque nos muestre cosas que nunca creímos hacer, decir o imaginar, pues al final, también forma parte de nuestra esencia.

Reconocer nuestra sombra nos ayuda a identificar qué parte de nosotros o de nuestro proceso tenemos que ponerle luz.


Y entonces surge una pregunta que nos trae a este texto y que el mismo Jung hacía: “¿Prefieres ser bueno o completo?”

Y ojo, no dice “Ser bueno o malo”, sino completo. El “Ser bueno” se refiere a ser “solamente” bueno y no aceptar que somos imperfectos y que también tenemos una parte de oscuridad.


Debbie Ford, en su libro “Luz en la sombra” (The shadow effect) nos hace una referencia bastante fuerte y acertada de lo que es la sombra si permanece oculta: “La sombra es una caja de Pandora cargada de secretos que podrían destruir todo lo que amamos y nos preocupa… si no somos capaces de reconocer todo lo que somos, el “Efecto sombra” nos cegará parcialmente.”


Te comparto algunas preguntas y algunos pasos para iniciar o guiar el proceso de abrazar tu sombra, si así lo decides. A mí me han funcionado, probablemente te sean útiles.


· ¿Qué aspectos tengo, que no quiero que los demás conozcan, o no todos conozcan?

· ¿Qué cosas rechazo de mí, que me es fácil detectar en otros?

· ¿Qué cosas estaban prohibidas en mi casa o en mi familia?

· ¿Qué cosas criticaban mucho en mi familia de otras personas y que casualmente también las teníamos en casa?

· Pensar en la persona que peor me cae y ubicar ¿Qué es lo que más me molesta de ella?


¿Cómo podría iniciar el proceso de abrazar mi sombra?

Primero respira, tal vez esté resultando fuerte esta información y si ya llegaste hasta aquí es que existe un gran interés en trabajar tu sombra o por lo menos ubicarla.

Lo primero que hay que hacer para relacionarnos con la sombra es reconocer su poder, y ya que lo tenemos claro, los siguientes pasos pueden funcionar como una guía:


1. Quitarnos el rol de Juez inquisidor: Dejar de etiquetar y crear sentencias sobre las personas. Aunque la primera impresión es importante, no podemos asegurar la forma de ser de alguien sólo por lo que vemos a través de nuestra mirada subjetiva.

2. Reconocer qué estamos sintiendo, qué emoción(es) están más presentes (coraje, envidia, celos, etc.), ante una situación o una persona en particular.

3. Aceptar que esa emoción cual fuere, es parte del ser humano, es parte nuestra, aunque resulte molesta, incómoda o hasta nos cause cierto miedo. Y que, así como podemos ver debilidades también podemos ver fortalezas. Ser profundamente honesto.

4. Ubicar si es algo que también tú tienes y no te gusta o algo que en el fondo deseas / admiras y no lo has querido aceptar o crees que no podrías hacer/tener.

5. Abrazar y reintegrar esa parte que acabas de reconocer.

6. SER PACIENTE Y AMABLE TODO EL PROCESO.


Deseo de todo corazón que tu sombra se convierta en ese maestro, entrenador y guía que nos apoya en el descubrimiento de nuestra verdadera grandeza.



Ford, D., Williamson, M., & Chopra, D. (2010). Luz en la sombra (The Shadow Effect). Ediciones Urano.

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